Creación de entradas

No estar más por decisión personal ya es motivo suficiente para ganarnos toda la desaprobación. Estar todavía es la maldición q nos sigue condenando. Y el respiro que nos tomamos por robar un momento al tiempo para entenderlo o engañarlo con miserables sazones de esperanzas, que a nuestra lastimosa condición más mal añaden. Ese respiro, ése el verdugo.
No queda mas q dejarle una herida a la voluntad tirana que nos estrangula con alardes de omnipotencia cubierta de un manto de gracia, que al final de cuentas, es la brasa que arde para cegar y luego acallar a quien dijera que es solo ese vil acto, muy humano, de refregar el favor que él nos hace al mantenernos con vida sin estar obligado a ello.
En realidad ya no importa lo que somos ni quien nos trajo, sino lo que inventamos para justificar la idea que nos dice la verdad en que nos hemos convertido. Nuestras limitaciones, en honor a la libertad sobre ruedas y defectuosa que tenemos, nos hacen alcanzar la idea de la virtud como estructura para aceptarnos antes que llegue la demencia disfrazada de verdad absoluta, verdad obligada, falacia atornillada con fe, armada con sumisión y asegurada con una venda llamada sacrilegio que obliga a no pensar.
Aún así que seria sin la histeria por saber, sin desear todo a la medida del beneficio propio, sin la predicción de muerte, sin el placer de quitar o dar. Nos queda sólo la conciencia de seguir padeciendo nuestras enfermedades y retratar nuestras desgracias. Y como hacerlo sin el egoísmo, que necesita saciarse de placer, y este placer como una sed que oscurece el juicio pero manipula a la perfección las mismas artimañas que lo engañaron inventando y convenciéndole de la existencia del amor, pero amor inventado para aprender a odiar, poder odiar para amarse mas a si mismo, amarse tanto para afilar con odio el puñal que agudiza la punta del orgullo, ése orgullo que quieto en nuestras manos corta la yugular al alma y morimos para conocer el infierno de ser mas insignificantes aún, mas nada, menos de lo que éramos antes del respiro.
Todo esto somos? es mas de lo que esperábamos, es menos de lo somos capaces y es igual al pobre y solitario ser que nos inventó, Ése q está tan enfermo ya de soledad, inseguridades y desamores. Tuvo q crearnos para hacernos lidiar con una inquietud que no conoce, pero a nuestra vista es tan clara.
El mal q el mismo creó, el mal que no sabe cuándo le llega el turno de hablar y desconoce su origen y la existencia de quien lo trajo, ese mal nos acogió y nos crió. Ése mal es él mismo, su sombra, la sombra q nunca ve por tanta altivez. Es su conciencia anárquica que odia lo que lo contiene. Quien lo juzgaría, peores desequilibrios tengo también y los conozco en mis sueños. En uno de ellos me vi pintado en una cúpula de la capilla Sixtina, y frente a mí un ancianito levitando extendía la mano con precaución intentando con un dedo no llegar a tocar el mío, pero yo ya le había tomado del brazo.
Sinceramente no es un sueño, es un recuerdo que tengo desde siempre, desde que ya no quise ser como el, sinó como yo, como debería haber sido. No intento ser mejor o peor q nada ni nadie, aunque esas dos palabras, (mejor y peor) sean lo mismo, gradualmente encuentro diferencias entre algún espacio manchado y otro , espacios q semánticamente representa todo lo que me faltó decir.
No falta quien diga que debería extrañarlo con cuidado reverente, soy consciente de eso pero queda claro, al menos para mí, que mi sinceridad siendo humano es mas digna que su excusa siendo dios.
Aunque ya no me importe espero sinceramente no ser nada de lo que no quisieras ver ni veas en que no te quisieras convertir.
En fin, yo, uno más también, caído.

( No me alcanzó el tiempo para formatear decentemente el texto,...a quien le sea pertinente, mis disculpas.